Cemitas, una rica herencia de la Conquista
Ir a Puebla y no comer cemitas es casi impensable. Y la razón es simple: se trata de un platillo eminentemente callejero, y de mercados, que representa un poco de la enorme variedad de recetas que conforman la riqueza gastronómica de este estado.
Seguro las recuerdas como el pan descomunal y consistente, relleno de milanesas empanizadas, chiles dulces, hojas de pápalo, quesillo y mucho aguacate. Y no te equivocas.
Pero lo que queremos contarte es que la cemita, tal como la conocemos, no fue siempre así.
Historia del platillo
De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Puebla, los orígenes de la cemita –como platillo– no pueden separarse de los del pan con que se prepara, y que lleva el mismo nombre.
Según la dependencia, la ascendencia de la cemita es eminentemente española y deviene de dos variedades de pan que durante la época de la Colonia eran entregadas como tributo a la Corona Española, principalmente por la ciudad de Puebla.
Se trataba de un bizcocho de sal, largo y duro, así como de unos panecillos huecos, parecidos a los pambazos franceses. Estos panes estaban destinados a cruzar el océano Atlántico para llegar a Madrid, y de ahí ser utilizados como reservas alimenticias en expediciones españolas en ultramar, a través de todo el mundo.
Pasado un tiempo, la receta de ambos panes fue combinada en Puebla, dando como resultado un pan que es mucho más como la cemita que tenemos en mente.
La apropiación que se hizo de esta pieza de pan en México llevó a otro tipo de experimentación. De comerse sola, empezó a rellenarse con comida salada como papas, frijoles y nopales. Cabe señalar que en el estado de Guerrero existe una variante de la cemita, pero dulce.
Así, hasta llegar a su anatomía actual. Esa que disfrutamos al tiempo que bebemos un agua fresca de frutas e intentamos descifrar el poderoso sabor de todos sus ingredientes adueñándose de nuestro paladar.
¿Dónde comerlas en Puebla?
A pesar de que hay variantes de su receta, las cemitas tradicionales deben llevar frijoles untados, quesillo, chile chipotle, pápalo, milanesa, jamón, carnitas, rebanadas de jitomates, cebolla y aguacate.
Para comerte una muy típica, ve al Mercado del Carmen, en el Centro de la capital de Puebla, así como al Mercado de Sabores, el Mural de los Poblano o Antojitos Tony. No olvides agregarles alguna salsa picante de tu elección.
Ahora bien, si lo que quieres es probar algo nuevo en la misma ciudad, intenta con las cemitas rellenas de chalupitas rojas y verdes, con las de carne árabe, o las gourmet del restaurante Moyuelo.
Este último sitio nació bajo la premisa de sólo vender cemitas con ingredientes y preparaciones gourmet. Y su éxito fue tal, que decidieron ampliar el concepto y reinterpretar con toques modernos platillos tradicionales del estado. Es, sin duda, un imperdible de Puebla.
Por la contingencia del COVID-19, Moyuelo está vendiendo cemitas a domicilio. Y no solo en Puebla, sino también en CDMX. Para hacer tus encargos, escríbeles un DM a su cuenta de Instagram.
Fuente: Gourmet de México