Te decimos como preparar la más deliciosa salsa de mango-habanero
Si eres fan de las emociones intensas y la comida picosita, no puedes perderte la maravillosa salsa de mango-habanero. La hemos probado con alitas, tacos y hasta en ensaladas, y es un must para los amantes de los sabores intensos. Esta salsa lo tiene todo: un sabor picosito, dulce y una increíble textura que puede transformar por completo cualquier platillo que se te ocurra.
Esta preparación es realmente deliciosa y fácil de hacer, y le dará un sabor muy especial a tus alitas, boneless, tacos o cualquier otro platillo que desees disfrutar.
Además, estas salsas son ideales para acompañar un buen maratón de tu serie favorita o para una tarde de juegos de mesa con amigos. Incluso si estás planeando una parrillada o simplemente quieres disfrutar de unas alitas mientras ves un partido de la NFL,
Y por acá también te compartimos esta receta de chamoy casero para que también puedas preparar unas buenas micheladas y convertir de esta tarde un momento redondo. Complejo y delicioso.
CÓMO HACER SALSA DE MANGO – HABANERO

INGREDIENTES:
- 2 mangos maduros
- 2 chiles habaneros
- 2 dientes de ajo
- 1/4 de cebolla blanca
- 2 cucharadas de azúcar
- Aceite de oliva
- 1 limón grande
- 1 cucharadita de salsa inglesa
- 1/4 de taza de vinagre blanco
- 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo
- Sal y pimienta al gusto
- 1/2 taza de agua
PROCEDIMIENTO:
- Lavamos muy bien los mangos y los chiles habaneros. Le hacemos unos cortes frontales a los chiles y los ponemos junto con la cebolla y los dientes de ajo en un comal a fuego alto para tatemarlos bien.
- Mientras tanto, pelamos y cortamos los mangos en cubitos medianos y reservamos.
- Una vez que estén bien tatemados los ingredientes los pasamos a la licuadora. No te olvides de quitarle la colita a los chiles. Agrega el mango, el azúcar mascabado, el agua, el vinagre blanco, el jengibre en polvo, la salsa inglesa y una pizca de sal. Licuamos hasta obtener una mezcla homogénea.
- En una cazuela a fuego medio-alto vertimos un chorro de aceite de oliva y en cuánto esté caliente, vertimos la salsa. Añadimos un poco de pimienta negra y removemos de vez en cuando, hasta que se espese. La dejamos de diez a 15 minutos y retiramos del fuego.
En caso de que decidas quedarte con la salsa ‘cruda’ puedes utilizarla para tus tacos de pollo, pescado, camarón o hasta cortes de carne, incluso para aderezar ensaladas. Mientras que la versión cocida es perfecta para las alitas o boneless.
Fuente: Animal Gourmet