Todo lo que debes saber sobre el vino mexicano en lata
Al pensar en vino en lata probablemente lo primero que se nos venga a la mente es un producto alejado de la viticultura de calidad. Sin embargo, son numerosas las razones por las cuales las bodegas situadas en diversas regiones del mundo se han enfocado en generar propuestas atractivas en esta categoría. Y las mexicanas no han sido la excepción.
El vino en lata es una de las categorías en el ámbito de las bebidas que presenta mayor crecimiento a nivel mundial. En países como Estados Unidos, donde tienen ya varios años en el mercado, ha conseguido cada vez mayor aceptación entre los consumidores. Basta decir que, en el 2021 en la unión americana se reportó un aumento en ventas del 62%, en tan sólo un año.
De acuerdo con Grand View Reaserch, las ventas de vino en lata a nivel mundial fueron de $235.7 mdd en 2021 y pronostica que ascenderán a $570 mdd para 2028.
Una de las principales razones por las que esta presentación cobra popularidad, es que toma distancia de las formalidades y esnobismo con el que las nuevas generaciones idenfican al vino en envase tradicional. Además, por su practicidad, abre las puertas a un sinfín de eventos como conciertos y festivales.
PROS DEL VINO EN LATA
No obstante, el mayor atributo del vino en lata es que es más sostenible. Al ser más ligero que el embotellado en vidrio, permite reducir significativamente la huella de carbono en términos de transportación y también es mucho más fácil de reciclar. También ha demostrado ser una ópcion viable para hacer frente a las dificultades que la industria del vino ha vivido desde la pandemia debido al desabasto de insumos.
El tamaño de las latas (generalmente equivalente a dos copas) permite que el vino se enfrie mucho más rápido, lo cual representa un ahorro en energía, aditamentos para su servicio y espacio para su almacenamiento. Sin embargo, es importante mencionar que esta presentación está pensada en el consumo inmediato.
Se ha comprobado que la lata no afecta la calidad y sabor del vino. Lo ideal es servirlo en una copa para que se oxigene, lo cual contribuye a que sea aún más aromático y expresivo. Pero beberlo directo de la lata también es una buena opción si se está fuera de casa.
Sin más preámbulo, te presentamos tres opciones mexicanas para comenzar tu aventura en el mundo del vino en lata este verano.
LECHUZA
Es una joya de la viticultura nacional y se encuentra en el Valle de Guadalupe. La bodega, enfocada a producciones pequeñas, al cultivo sostenible y calidad excepcional, se adentra en esta categoría con tres etiquetas: un Sauvignon Blanc ligeramente carbonatado y muy aromático; Pluma, un Nebbiolo rico y concentrado que es el tinto perfecto para disfrutar al aire libre; y el rosé, Royal Blush.
ROSADITO
Es un vino de baja intervención elaborado en Ezequiel Montes, Querétaro. Su Edición Uno está elaborado con una mezcla de uvas de la variedad Garnacha. Es ideal para maridar con un sinnúmero de platillos de la gastronomía mexicana, desde ceviches y ensaladas, hasta tacos y antojitos.
MICHA MICHA
Es el proyecto de Cristina Pino (enóloga de bodegas Santo Tomás) y Keiko Nishikawa que elaboran dos etiquetas de vino espumoso, un Chenin Blanc y un Sauvignon Blanc de Baja California. Ambos son perfectos (entre muchas otras cosas) para acompañar las maravillas de frutos del mar de esa región.
RIVERO GONZÁLEZ
La bodega familiar de Parras, Coahuila, Rivero González, apuesta por el vino en lata lanzando al mercado tres etiquetas de su línea Scielo: Blanco 100% Chardonnay con burbuja, rosado 100% Merlot también con un poco de burbuja y el tinto, elaborado a base de Syrah, Cabernet Sauvignon y Merlot.
ALPACA
Elaborado por el enólogo Erik Plata de Vinos Plata, Alpaca es un ensamble de las variedades Chardonnay y Sauvignon Blanc del Valle de Guadalupe. Este vino viene en una presentación más grande, equivalente a media botella de 750 ml.
Fuente: Forbes